viernes, 3 de diciembre de 2010

Visita a Cañoncillo


UN VIAJE PARA EL RECUERDO
La mañana lucía radiante y soleada, en la plaza principal de nuestra ciudad abordamos el ómnibus e iniciamos nuestra aventura. Después de mucho tiempo llegamos al bosque que tanto anhelábamos conocer,  con nuestras mochilas en hombros y entusiasmo en nuestro cuerpo nos adentramos al maravilloso mundo de la naturaleza y recorrimos paso a paso el circuito del bosque admirando el pulmón natural de nuestra provincia: “EL CAÑONCILLO”.
Empezamos recorriendo las dunas que se hallan a la entrada, sentíamos latente la fatiga pues el sol calentaba nuestra piel y el aire golpeaba nuestras mejillas, eran altas las dunas y largo el sendero, el guía cuyo nombre es Marvin avanzaba casi sin ningún esfuerzo mientras que nosotras tratábamos de igualarle el paso.
 
En el bosque nos enteramos que este lugar no sólo tiene un valor ecológico sino también cultural pues en él acoge monumentos arquitectónicos que pertenecieron a la cultura Mochica, en épocas en las que la diosa era la luna y a ella se le hacían ofrendas en las hornacinas de la Huaca Colorada cuyo nombre hace referencia a su color distinguible a largas distancias. Cuando avanzábamos casi podíamos palpar la nostalgia del guía y de algunos docentes que ya habían visitado este recinto natural al ver que los Algarrobos, árboles principales de este bosque habían sido depredados por la inconsciencia humana, podíamos visualizar el ingreso de los rayos de sol por las rendijas que el hombre había abierto sin darse cuenta que no sólo acababa con los árboles sino que también desaparecía a las especies que aquí habitaban pues o terminaban con sus fuentes alimenticias o los obligaban a migrar en busca de una mejor área que los proteja.  Sin embargo en la actualidad todavía se pueden visualizar algunas aves como pericos, tordos, chiscos, cuculas, picaflores, lechuzas, águilas y gallinazos.
Sólo pudimos observar dos de las tres lagunas que allí se hallan ya que el tiempo era corto, pero nos maravillamos con tanta belleza, el agua parecía un espejo de cristales transparentes, las plantas entorno a ellas complementaban su hermosura contrastando sus colores. Allí en el pequeño paraíso nos alimentamos y tomamos un descanso para luego proseguir con nuestro retorno.  
De esta visita lo que más nos asombró fue la supervivencia de la flora a pesar que nadie humedece sus raíces y se hallan en una zona costera desértica, Además esta visita de estudio no sólo nos ayudó a reconocer el portentoso bosque de la provincia sino que además nos permitió colaborar mediante el recojo de la basura que se encontraba dañando el equilibrio ecológico y de esta forma contribuimos a su preservación poniendo nuestro granito de arena  y además recepcionando algunas datos importantes para transmitirlos a nuestra comunidad y promover su cuidado y valoración.


Dios nos bendijo dándonos el privilegio de nacer en el Perú, pero más aun dándonos el papel de guardianes de este pequeño pulmón del mundo, no esperemos que esta situación escape de nuestras manos para reaccionar. ¡Ayudemos a preservar este fascinante paraíso, aun estamos a tiempo, juntos lo lograremos!

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